La creatividad en el fútbol no se consigue siguiendo a rajatabla el manual de los 1.000 ejercicios más creativos para el fútbol. Es una habilidad o competencia que se adquiere de forma predominantemente intuitiva.
Muchas veces, en las escuelas de fútbol la metodología se convierte en un fin en sí mismo, cuando debería ser un medio para alcanzar un fin: el juego creativo y el disfrute del niño.
¿Existe correlación entre los jugadores más creativos y el número de horas que han jugado “sin método”? Un ejemplo de este juego “sin método” sería el denominado street football o juego en la calle.
Pero acotemos brevemente el concepto de creatividad. Cuando decimos que alguien es creativo nos referimos a que posee la capacidad de creación o invención. Entendida esta como la habilidad para establecer, fundar o introducir por primera vez algo; o de hallar o descubrir algo nuevo o no conocido. (DRAE, 2022). Resumiendo, se podría decir que creativo es alguien que hace algo nuevo.
Si aplicamos esta idea al mundo del fútbol, podríamos afirmar que creativo es aquel jugador que hace cosas novedosas sobre el campo, estando muy relacionada la innovación con la capacidad de sorprender al rival. O dicho de otra forma: cuando algo es novedoso es impredecible.
Es común encontrarnos con equipos que defienden en bloque bajo, muy juntos y ordenados, cuando se enfrentan a equipos con jugadores creativos. Lo que pretenden con esta disposición táctica es minimizar la capacidad creativa de los jugadores rivales. Reconociendo en cierto modo que si no lo hacen, están perdidos.
Precisamente, ante estos planteamientos numantinos, es cuando los jugadores verdaderamente creativos adquieren relevancia. Solo ellos son capaces de filtrar ese pase a un hueco inexistente o romper a través de una conducción o pared el orden ultradefensivo del rival.
Autores como Wyrick (1968) ya definían a los jugadores creativos como aquellos que son capaces de producir un mayor número de respuestas originales ante un estímulo dado. Esta definición es ampliada posteriormente por Berstch (1983), añadiendo que los comportamientos motrices del jugador creativo se realizan con fluidez, flexibilidad y originalidad. Es decir, Berstch pone el foco en la fluidez, entendida como la facilidad con la que se ejecutan las acciones; y en la flexibilidad, entendida como la adaptación al cambio o variaciones que se dan en el entorno en función de las necesidades del jugador y del contexto.
En base a todo lo expuesto, podríamos concluir que la creatividad es la capacidad que tiene un jugador para ejecutar, ante un estímulo dado, un gran número de respuestas adaptativas y originales.
El problema de hacer algo nuevo es que sólo es creativo la primera vez. Cuando lo repetimos, deja de ser creativo e imprevisible, por no ser novedoso. Por lo tanto, para que un jugador pueda ser merecedor de dicho adjetivo, necesitará tener continuidad en su creatividad. Es decir, deberá ejecutar un gran número de respuestas originales ante los distintos estímulos o retos que se presenten en un partido.
Si tuviéramos que elegir a un jugador contemporáneo que ejemplificara lo que es ser jugador creativo, ese jugador, sin duda, sería Leo Messi. En el reciente Mundial de Qatar ha dado muestra de su genialidad al resolver de forma creativa situaciones colectivamente complejas. ¿Qué parte de su creatividad se debe a esa inmensidad de horas diarias dedicadas en su infancia al street football?