Mbappé, el As de la intuición

LÓPEZ DEL CAMPO, Roberto.

¿Qué hace diferente a Mbappé?  Definamos la intuición como una percepción clara e instantánea de lo que está ocurriendo a tu alrededor. No hay tiempo de pensar, la intuición se mueve en el lado inconsciente de la mente.

Te cae el balón en el centro del campo y tienes dos opciones de pase, a la derecha de la frontal un compañero marcado por tres rivales y a la izquierda otro posible receptor con el lateral del equipo contrario a menos de un metro. ¿A quién pasas? ¿al que solo tiene cerca un adversario? Sin duda, no estás haciéndote la pregunta correcta: ¿Quién de los dos es Mbappé?

Podríamos decir que el jugador francés es un futbolista intuitivo porque simple y llanamente cae en la cuenta de lo que está pasando “en un abrir y cerrar de ojos”. Mientras para él todo resulta evidente, los demás, cuando quieren toman consciencia de lo que está pasando… es demasiado tarde. Sencillamente, “ya te la ha liado”.

Kylian capta la realidad como nadie y esta visión privilegiada suple otras cualidades en las que no necesita destacar. El ariete del PSG es capaz de anticiparse porque intuye lo que va a pasar. Intuye quién y cuándo le va a pasar, la trayectoria del balón, cuándo va a llegar a sus pies, qué van a hacer sus rivales, dónde van a estar sus compañeros… La intuición exige niveles extraordinarios de atención y concentración en el juego, de un saber futbolístico difícil de medir.

El jugador intuitivo es creativo por necesidad. Sorprende y proporciona espectáculo. Rompe con el orden táctico que mecaniza, que es previsible. El jugador intuitivo está en vías de extinción. Todo tiene que estar bajo control. En los entrenamientos y en el partido mantener el orden es lo más importante. Todos tienen que moverse al unísono, sin desviaciones sobre lo previsto. Este entorno mata la creatividad, neutraliza la intuición, hace que todo sea previsible porque obliga a moverse en el plano de la consciencia.

El jugador intuitivo nace del caos, de la improvisación, de la búsqueda de la sorpresa, del librepensamiento. Un jugador intuitivo es un jugador difícil de parar. Sabe que el orden no puede ser un fin en sí mismo. La disposición táctica debe estar al servicio de los jugadores imaginativos y no al revés.

La mente del jugador intuitivo procesa la información que le llega con enorme calidad y rapidez. La automatización de la técnica y la táctica le permite liberar espacio para dar rienda suelta a la intuición. No hay tiempo para pensar, tiene que estar ya pensado. El fútbol se juega en frames, no en segundos.