Enemigos de la creatividad

2345486LÓPEZ DEL CAMPO, Roberto.

El entrenador debe conocer las actitudes más significativas que frenan el desarrollo de la creatividad de sus jugadores (Coca, 2006):

  • La imitación o la persistencia de los modelos.
  • La pasividad o la presión de la indiferencia.
  • La rutina o la resistencia a los cambios.
  • El simplismo o la renuncia a la complejidad.
  • La despersonalización o el autoritarismo.

La imitación choca frontalmente con la creatividad. Imitar es lo opuesto a innovar. El uso de modelos para el aprendizaje está relacionado con los métodos clásicos de enseñanza – mando directo y asignación de tareas –. Estos métodos se basan en la repetición continua de gestos técnico-tácticos, siguiendo el modelo dado por el entrenador. Las bondades de estos métodos son evidentes en las etapas de iniciación, en donde se adquiere la técnica a base de repeticiones mecánicas. Pero si queremos potenciar la creatividad de los futbolistas, debemos focalizar nuestra atención en aquellos métodos que dan una mayor libertad de acción – descubrimiento guiado y resolución de problemas –. En uno más que en otro, el jugador tiene que adquirir el hábito de buscar respuestas originales que le permitan superar a los rivales con un estilo propio de juego.

La indiferencia es otro de los obstáculos con los que el futbolista se encuentra en el camino hacia la creatividad. Sentir la necesidad continua de mejorar forma parte del ADN del jugador creativo. Siempre es posible hacer las cosas un poco mejor y esa idea debe estar presente en todo momento. Un entrenador debe transmitir a sus jugadores lo difícil que resulta ganar a cualquier rival. Hay que respetar a todos los equipos y seguir esforzándose día a día desde el convencimiento de que siempre se puede mejorar.

La resistencia a los cambios o acomodarse a una situación para evitar el esfuerzo de adaptación es otro de los aspectos que limitan el desarrollo de la creatividad. Igualmente de nocivo es buscar el cambio por el cambio o generar de forma artificial la necesidad de cambiar. Solo la búsqueda de una solución más eficiente a nuevas exigencias del entorno justifican el cambio. Podríamos decir, recordando a Darwin, que no sobrevive el más fuerte sino el que mejor se adapta al medio. Teniendo en cuenta que el fútbol se desarrolla en un contexto complejo y cambiante, resulta algo ingenuo pensar que algo que funciona hoy y ahora va a seguir funcionando siempre.

El simplismo, que se puede evidenciar en la típica frase: “en el fútbol todo está inventado”, denota una renuncia a la complejidad de este deporte que se aleja diametralmente de la realidad. Aceptar la hipótesis de que no hay nada que inventar implicaría necesariamente negar la creatividad en sí misma. Si todo está inventado, nada de lo que se haga va a ser original o creativo. Nada más lejos de la realidad, en el fútbol queda mucho por inventar. Negar la complejidad del fútbol evidencia una clara inmadurez que en nada ayuda a conseguir una actitud que permita lo ya de por sí difícil tarea de ser creativo.

El autoritarismo del entrenador despersonaliza a los jugadores. El entrenador que pretende imponer su criterio por encima de todo y de todos, está anulando la creatividad de sus futbolistas. Con ello, pretende convertir a sus jugadores en autómatas que ejecuten lo que él les ordena. No se debe confundir autoridad con autoritarismo. El autoritarismo reduce todo el poder creativo de un grupo a la persona que tiene la autoridad. Esta circunstancia, de producirse, reduciría el potencial creativo del equipo a la mínima expresión.