LÓPEZ DEL CAMPO, Roberto.
¿POR QUÉ ES TAN COMPLICADO DAR LA VUELTA A UN PARTIDO QUE SE COMIENZA PERDIENDO?
La primera gran lectura que podemos extraer de los datos analizados gira en torno a la gran importancia que tiene comenzar metiendo el primer gol, ya que el equipo que lo consiga tiene el 95% de probabilidades de no perder el partido.
Pero nosotros nos centraremos en una segunda lectura complementaria, y es que menos del 5% de los equipos que comienzan perdiendo son capaces de remontar el resultado y terminar ganando el partido.
En este apartado, como complemento a la investigación cuantitativa realizada, haremos un análisis más cualitativo en el que intentaremos establecer cuales son los factores psicológicos que provocan que menos del 5% de los equipos que encajan el primer gol durante un partido de fútbol sean capaces de terminar ganándolo. Este dato, resulta más sorprendente al conocer que como promedio han recibido el gol en contra en el minuto 23 de la primera parte; es decir, que como media han dispuesto de al menos 67 minutos de tiempo reglamentario para poder dar la vuelta al encuentro; y aun así, en el 95% de los casos no lo han conseguido.
La enorme influencia que ejerce sobre el compromiso factores psicológicos tales como la motivación y el ambiente; así como los efectos perjudiciales de la ansiedad a la hora de mantener en el tiempo la concentración y esfuerzo necesarios para alcanzar el objetivo propuesto (Cox, 2009), van a resultar aspectos claves para que un conjunto se sitúe dentro de ese privilegiado porcentaje de equipos que son capaces de terminar ganando un partido que comenzaron perdiendo.
La importancia de la denominada «inteligencia emocional», – que consiste en la competencia para regular de forma autónoma un conjunto de estados mentales, intensos y subjetivos; que conllevan cambios fisiológicos relacionados con la activación autónoma y las respuestas a sentimientos positivos o negativos –, también va a influir de forma directa en la capacidad de sobreponerse a una situación temporalmente contraria (Mayor & Cantón, 1995).
Todos estos complejos procesos mentales que están regulados en gran medida por la neurofisiología y la psicología, van a resultar determinantes a la hora de adquirir un nivel elevado de competencia para solucionar situaciones adversas.