LÓPEZ DEL CAMPO, Roberto.
Que el fútbol es el producto deportivo más consumido entre la población española en los últimos años no es ningún secreto, basta con ver un día cualquiera el noticiero de una cadena de televisión elegida al azar y observar qué deporte abre una y otra vez la información deportiva, por muy insignificante que haya sido el hecho noticiable, relegando a un segundo plano al resto de disciplinas deportivas. De igual forma se puede repetir el experimento con los programas informativos de cualquier cadena de radio o con las páginas de deportes de los diarios generalistas o las portadas de la prensa deportiva.
Este fenómeno social provoca que a la hora de hablar de fútbol el común de los mortales se crea totalmente capacitado para hacerlo gracias al respaldo de miles de minutos sentados delante del televisor. Paradójicamente, el fútbol sigue siendo uno de los deportes con menor sustento científico, a pesar de ser el acontecimiento deportivo que más recursos económicos genera en la mayoría de los países occidentales.
¿Alguien se ha parado a pensar la enorme importancia que tiene marcar el primer gol en un partido? Pues bien, lejos de la obviedad de que siempre es preferible que tu equipo sea el que inaugure el marcador, la presente investigación pretende demostrar la enorme importancia que tiene de cara al resultado final conseguir el primer gol en un partido de fútbol.
Para ello se ha realizado una acotación temporal, el siglo XXI, y se han elegido competiciones de ámbito internacional: Mundiales de fútbol y Champions League. El total de partidos oficiales analizados han sido 372. De los cuales 189 pertenecen a los mundiales y 183 a la Champions League.
En la última parte del estudio se intenta aportar algunas pinceladas sobre los factores psicológicos que hacen que sea tan difícil terminar ganando un partido que se comienza perdiendo.
El fútbol del siglo XXI cuenta con características diferenciadoras que están motivadas en gran parte por los cambios reglamentarios. La adaptación del deporte a la nueva realidad reinante ha provocado que los jugadores cuenten con una mayor polivalencia y competencia motriz (Reilly, Cabri, & Araújo, 2005).
La globalización social ha disminuido las diferencias existentes entre los equipos de distintas partes del mundo. Este hecho, unido al aumento del número de jugadores extranjeros y comunitarios que las distintas ligas nacionales han experimentado en los últimos años, ha provocado una mayor igualdad en el rendimiento de los equipos en competiciones internacionales con independencia del lugar de procedencia (Bloomfield, Polman, & O ́Donoghue, 2003).
El grado de estrategia es tal que cada equipo tiene previsto un catálogo de tácticas colectivas para jugar en función del resultado en cada momento del partido. Los entrenadores realizan cambios del sistema de juego y de posiciones para adaptarse a lo que indique el marcador en cada minuto de juego (Anguera, y otros, 2003; Bloomfield, Polman, & O ́Donoghue, 2005; Taylor, Mellalieu, James, & Shearer, 2008). Aunque a raíz de los resultados que arroja el presente estudio, parece existir un déficit en las estrategias a seguir cuando es el equipo rival el que se adelanta en el resultado.
[Continúa en la próxima publicación]