LÓPEZ DEL CAMPO, Roberto.
No siempre la respuesta más adaptativa a una situación estresante es la que más rendimiento proporciona al futbolista. El componente adaptativo se relaciona con el bienestar más que con el rendimiento, aunque pueda coincidir que la respuesta más adaptativa sea la que maximice el rendimiento.
El organismo tiende a mantener el equilibrio como instinto de supervivencia. Desde esta perspectiva, en las situaciones estresantes en las que el individuo percibe que no cuenta con los recursos necesarios, los afrontamientos defensivos son los más adaptativos. Sin embargo, en las situaciones que el jugador percibe que sí cuenta con dichos recursos, los afrontamientos directos son los más adaptativos.
El fútbol por definición es oposición. Dos equipos rivalizan por un mismo objetivo: ganar. Este paradigma crea numerosas situaciones competitivas potencialmente estresantes en las que los afrontamientos defensivos no suelen ser una opción. De ahí que el objetivo que debe marcarse el entrenador es minimizar los efectos negativos del estrés competitivo para que sus jugadores reduzcan los niveles de agotamiento psicosomático.
Al jugador se le pide anteponer el rendimiento a su equilibrio personal. Esta disyuntiva no siempre es imprescindible. El jugador debe tener la sabiduría suficiente para distinguir entre las situaciones que debe afrontar directamente porque está en sus manos superarlas, de las que debe afrontar de forma defensiva. Es decir, debe tomar consciencia de sus limitaciones para evitar un afrontamiento desadaptativo, cuyas consecuencias más importantes son:
- Menoscabo de su nivel de autoeficacia.
- Experimentación de un estado de frustración.
- Agotamiento general.
- Malestar psicosomático.
- Pérdida de autoestima.
Por lo general, las estrategias de afrontamiento activas en las que el sujeto piensa que ha hecho todo lo que estaba en sus manos para superar la situación son las más adaptativas. El equilibrio del jugador no se ve alterado por la satisfacción del deber cumplido, aunque el resultado final no haya sido el deseado.
El entrenador que exige a sus jugadores actitudes proactivas de sacrificio y esfuerzo, es decir, “que lo den todo en el campo”, fomenta la adopción de estrategias adaptativas. Por el contrario, cuando solo se exigen resultados, lo que se fomenta es la adopción de estrategias desadaptativas en la que los jugadores pierden la consciencia de sus límites.