Estrés, rendimiento y salud

estresLÓPEZ DEL CAMPO, Roberto.

El estrés no es una emoción. El estrés es un proceso complejo de adaptación del organismo ante situaciones que se perciben como desafiantes. Por lo tanto, no podemos decir que el estrés sea malo por definición. La valencia de los efectos del estrés dependerán de si se consigue la adaptación a la nueva situación o no.

En la competición se dan numerosas situaciones potencialmente estresantes. De cómo se afronten estas dependerá la correlación del estrés con el rendimiento y salud del deportista.

El estrés se conceptualiza en los siguientes aspectos:

  • El contexto competitivo. Es el hecho o conjunto de estímulos que originan las situaciones estresantes. El contexto puede ser general (ir por detrás en el marcador) o específico (enfrentarse a una situación de uno contra uno).
  • La apreciación personal del deportista sobre el contexto competitivo. El individuo, en una primera fase, puede valorar la situación competitiva a la que se enfrenta como amenazadora o no. Este aspecto es completamente individual y depende del nivel de autoeficacia o autoconfianza percibido por el sujeto para superar el contexto competitivo.
  • La respuesta de afrontamiento. Es el proceso conocido como Síndrome General de Adaptación (SGA), que consta de tres fases. Una primera fase conocida como reacción de alarma en la que el organismo se activa a nivel psicosomático para dar una respuesta de afrontamiento. Tras la respuesta, se entra en la segunda fase de resistencia en la que se pone en práctica la respuesta de afrontamiento seleccionada. Si la respuesta es eficaz, el organismo volverá al estado de equilibrio previo. Si por el contrario la respuesta de afrontamiento es ineficaz y la situación estresante se mantiene en el tiempo, se entra en la fase de agotamiento. Es en esta última fase en la que el estrés tiene consecuencias perjudiciales para el rendimiento y la salud del deportista.

Los dos aspectos del estrés más entrenables son la apreciación personal del deportista y las respuestas de afrontamiento. Desde esta perspectiva, el objetivo del entrenamiento sería minimizar los desequilibrios entre las demandas competitivas y los recursos individuales y colectivos del equipo. El estrés competitivo solo tendría efectos negativos sobre el rendimiento y la salud del equipo cuando las demandas competitivas sobrepasasen los recursos o capacidades de sus jugadores. Es decir, cuando se entrara en la fase de agotamiento del SGA.

El entrenador no debe focalizar la atención únicamente sobre el rendimiento. La salud, entendida no solo como ausencia de lesiones sino como bienestar o calidad de vida, es uno de los aspectos más humanizadores del deporte.