LÓPEZ DEL CAMPO, Roberto.
El entrenador debe hacer todo lo que esté en sus manos para que cada jugador se sienta libre. Debe fomentar su autonomía e individualidad, que no individualismo. Sin autonomía no hay responsabilidad. Es la búsqueda del talento transversal lo que provoca esta necesidad.
Ser autónomo no es incompatible con formar parte de un equipo. Permitir la individualidad no lleva necesariamente a la anarquía. La responsabilidad colectiva sirve de subterfugio del escaqueo, de eludir la responsabilidad en primera persona.
Es el propio jugador, como ejercicio de profesionalidad, el que debe exigir la autonomía como condición sine qua non. Una autonomía en beneficio del grupo, del objetivo común. Una individualidad alineada con las consignas de orden táctico.
El compromiso con el equipo implica identidad y no anonimato. El jugador debe participara activamente en el juego del equipo, desde su posición y con la ejecución consciente y autónoma de aquellas acciones técnico-tácticas que considere más adecuadas en cada momento.
El miedo a equivocarse anula la autonomía y fomenta el anonimato. El jugador se esconde dentro del grupo. Renuncia a su identidad para no ser señalado como el causante de la derrota. De este modo, el jugador renuncia a implicarse en el juego y elude el compromiso con el equipo.
“Cuando ganamos, ganamos todos y cuando perdemos, perdemos todos”, es una máxima que solo se cumple si cada miembro del equipo ha ejercicio su autonomía e individualidad competitiva.
El jugador debe tener la posibilidad de crear, de construir en el devenir del partido. El entrenador no debe someter la personalidad de cada futbolista a las exigencias de un sistema táctico lleno de automatismos deshumanizantes. El talento solo fluye con libertad.
Y si el resultado final es la derrota, se asume en primera persona, sin excusas ni justificaciones. Se pierde porque existen límites. Pero si el entrenador a concedido a sus jugadores la autonomía suficiente para actuar y estos la han aceptado, solo cabe aprender de los errores y asumir el resultado.