La educación del ser en el fútbol

educacion_ser_futbolLÓPEZ DEL CAMPO, Roberto.

La educación del ser en el fútbol es un ideal inspirado en la humanización del deporte. Se centra en la forma en la que el futbolista entrena y se mejora a sí mismo.

La diferencia fundamental con el paradigma reinante en el fútbol moderno radica en qué aspecto se sitúa en el centro del proceso de entrenamiento. La mayoría de modelos se centran en el rendimiento. Sin embargo, la educación del ser sitúa a la persona como centro e inicio del proceso de aprendizaje, entendiendo el entrenamiento como un proceso de formación integral continua. Lo innovador del modelo reside en priorizar la búsqueda de un equilibrio emocional y social en vez de maximizar el rendimiento deportivo.

El entrenamiento del futbolista-persona fomentará el uso de procesos lógico-racionales e intuitivo-emocionales que fortalezcan la identidad del futbolista para conseguir la autorrealización. Conviene en este punto no confundir autorrealización con hedonismo. El modelo pretende que el futbolista consiga estar satisfecho consigo mismo.

El modelo descansa en dos pilares:

  • El entrenamiento personalizado.
  • El entrenamiento vocacional.

El entrenamiento personalizado pretende desarrollar en el futbolista una identidad y talento que les haga diferentes dentro del grupo. Ni mejores ni peores, simplemente singulares. El entrenamiento actual concibe al jugador como un consumidor pasivo de información. El entrenamiento se diseña de forma estándar, sin que el futbolista se implique de forma creativa. La adaptación del entrenamiento a las particularidades del deportista es prácticamente inexistente. El modelo de educación del ser posiciona al individuo en el centro del entrenamiento. El entrenador debe diseñar el entrenamiento en función de los intereses, capacidades y estados emocionales de sus jugadores. El entrenador también es el responsable de crear un clima óptimo e inspirador de entrenamiento.

El entrenamiento vocacional consiste en ayudar al individuo a descubrir su verdadera vocación. Cuando un futbolista está convencido de que el fútbol es lo que quiere hacer, no hay quien le pare. Su nivel de resiliencia aumenta exponencialmente y busca el cómo seguir disfrutando de su pasión. El individuo que sabe qué quiere ser encuentra siempre el cómo. El entrenador debe diseñar entornos de entrenamiento que promuevan la búsqueda de la vocación. El encuentro vocacional es intuitivo y lo dirige la emoción. Los expertos han cifrado en 10.000 horas de entrenamiento el esfuerzo necesario para desarrollar el talento. Esto supone varias horas diarias de trabajo durante más de 10 años. El talento de Messi no es casual sino causal. Para Messi el fútbol siempre ha sido y sigue siendo su vocación, su pasión. El día que deje de serlo dejará de ser el mejor jugador del mundo.

Vocación es aquello que nos atrae sin poder evitarlo, es lo que nos llena de energía y da sentido a nuestra vida. Solo cuando hay vocación aparece el talento. Poner el foco en el futbolista como persona lo cambia todo.