LÓPEZ DEL CAMPO, Roberto.
La percepción del futbolista resulta clave en el proceso de recepción de la información. La percepción no es un reflejo pasivo. Percibir en su sentido pleno requiere cierto bagaje de conocimientos previos que se adquieren mediante la observación de determinadas situaciones competitivas, así como de los sentimientos que nos ha generado su vivencia (A. M. Williams, Davids y Williams, 1999).
Pero la percepción también está influida por otros factores individuales como:
- La motivación: la motivación individual contamina la percepción del entorno. Por ejemplo, individuos con altos niveles de ansiedad interpretarán como amenazantes frases ambiguas que no lo son para otros individuos sin estos niveles de ansiedad (Eysenck, Mogg, May, Richards y Mathews, 1991).
- Las experiencias de aprendizaje y emociones: el aprendizaje individual y el componente emocional experimentado en el transcurso de la vida son otros factores que condicionan el proceso de percepción a nivel individual (Lahey, 1999).
La mejora de la capacidad de concentración está íntimamente relacionada con la competencia atencional del deportista, siendo esta una destreza psicológica íntimamente relacionada con la consecución de la excelencia deportiva (De Diego y Sagredo, 1992).
El término concentración implica la capacidad de atender o reflexionar profundamente sobre uno o varios aspectos de la realidad (2001), por lo que la concentración se podría definir como la capacidad de focalizar la atención en un objeto o aspecto determinado.
Esta capacidad de concentración será clave para el procesamiento de la información percibida por el jugador y que le va a permitir ejecutar las respuestas más eficientes dentro de un entorno competitivo complejo y cambiante (Singer et al., 1993).
En esta misma línea argumental, Nideffer (1991) considera que la ejecución deportiva exitosa se encuentra directamente relacionada con la capacidad atencional del individuo. En consecuencia, conociendo la competencia atencional de un deportista, estaremos en condiciones de predecir el grado de excelencia que puede llegar a alcanzar (González Hernández, 2007).
Pero no debemos olvidar que todos los procesos psicológicos internos debemos abordarlos desde un contexto social, en nuestro caso el contexto deportivo, en el que el individuo será un objeto activo, capaz de reaccionar ante los factores ambientales y de interactuar con este adaptándose al constante cambio. Es precisamente en este proceso en el que focalizar la atención va a resultar clave para alcanzar el éxito deportivo (Caracuel, 1993).