La importancia de lo psicológico

entrenamiento psicológico

LÓPEZ DEL CAMPO, Roberto.

La evaluación de las variables psicológicas en el fútbol no es ajena a la idiosincrasia de la disciplina deportiva en cuestión. El análisis de los factores psicológicos en el fútbol debe tener en cuenta la riqueza de las variables específicas que intervienen en este deporte, más allá de las reglas de juego. En este proceso de análisis debemos centrar la atención en las dimensiones psicológicas básicas que configuran el rendimiento deportivo y que han sido desarrolladas por diversos modelos teóricos (De la Vega y Ucha, 2003; Mora, Cruz y Torregrosa, 2009; Olmedilla, Ortega, Andreu y Ortín, 2010).

Los modelos tradicionales de entrenamiento en el fútbol han evolucionado hacia sistemas de entrenamiento integrados en donde el jugador, entrenador y el equipo se entienden como un sistema complejo y dinámico. En este sistema, el objetivo principal es la búsqueda del equilibrio que permita conseguir el máximo rendimiento. En este equilibrio, el área psicológica juega un papel fundamental (Araújo y Davids, 2009; Ibáñez-Gijón, Travieso y Jacobs, 2011).

En el análisis de la importancia que los factores de naturaleza psicológica tienen sobre el rendimiento deportivo, debemos centrar la atención en las subcategorías psicológicas del sistema complejo y dinámico formado por jugadores, entrenador y equipo. Estas subcategorías las forman los aspectos cognitivos, psicofisiológicos, comportamentales y psicosociales (De la Vega, 2013).

En la competición, el jugador realiza una serie de acciones técnicas, tácticas, físicas y psicológicas encaminadas a la consecución de los objetivos o metas propuestas. El objetivo final suele ser ganar el partido. Los investigadores en Psicología del Deporte suelen fijar sus objetivos solo en los factores que influyen directamente sobre el rendimiento deportivo. Esta perspectiva no tiene en cuenta otros aspectos no competitivos vinculados con el fútbol que también pueden llegar a influir sobre el rendimiento del futbolista. Nos referimos a todos aquellos factores sociales y culturales que afectan al jugador como ser humano (Mata, 2002).

Tanto las actividades físicas como las técnicas y las tácticas pueden ser fácilmente medibles con herramientas e instrumentos de medición. Entre los más utilizados se encuentran la grabación con tecnología multimedia de los partidos para analizarlos posteriormente y poder cuantificar diversas variables como: el número de acciones técnicas realizadas por cada jugador, la distancia recorrida durante el encuentro, la velocidad media en los desplazamientos o los minutos en los que ha tenido la posesión del balón. También es fácilmente observable, mediante una cámara cenital, la disposición táctica del equipo y los movimientos tácticos acertados o desacertados que ha realizado cada jugador. Para medir los aspectos físicos, se puede optar por la colocación de pulsímetros, GPS u otros instrumentos de medición indirecta. También se pueden usar técnicas de medición directa más agresivas para el deportista como análisis de gases, sangre o biopsias (Weineck, 2005).

No obstante, las acciones que son más difíciles de medir o controlar son las que se relacionan con la actividad psicológica del deportista. Por este motivo, el control psicológico en el deporte es el objetivo que persiguen autores como García Ucha (1997), que establece un sistema de procedimientos que pretende evaluar las cualidades psicológicas que interactúan en la competición deportiva. De esta forma se podrían comparar los resultados obtenidos con los planificados y poder así adoptar medidas correctoras.

Esta intervención psicológica debe estar basada en una serie de métodos que consigan modificar las conductas del jugador y que ello suponga una mejora de los recursos del futbolista para dar respuesta a situaciones nuevas, inesperadas y complejas (Pérez Córdoba y Caracuel, 1996).

El objetivo de todos los instrumentos de medición psicológica empleados en el deporte es conocer los factores psicológicos que están relacionados con el rendimiento deportivo. El análisis se llevará a cabo tanto en el entrenamiento como en la competición; aunque por motivos obvios, las posibilidades de intervención durante el entrenamiento son mayores que en la competición – en donde las restricciones normativas no permiten la implantación de determinados instrumentos de medición – (Loehr, 1990; Nesti, 2013).

Existe un método de evaluación de perfiles psicológicos competitivos basado en una escala subjetiva elaborado por Loehr (1990) denominado Psychological Performance Inventory (PPI). Esta técnica consigue elaborar un perfil psicológico del futbolista que permitirá al entrenador realizar una intervención psicológica en función de las necesidades detectadas.