El entrenamiento desde una perspectiva psicológica (II)

entrenamiento Real Madrid

LÓPEZ DEL CAMPO, Roberto.

En cuanto a los factores ambientales, nos centraremos principalmente en aspectos relacionados con el entrenamiento: una correcta planificación, condiciones óptimas y que esté dirigido por profesionales cualificados. Si se cumplen estos condicionantes se podrá disminuir el riesgo de lesiones y se concederá al deportista la oportunidad de demostrar sus capacidades (Difiori et al., 2014; Malina y Bouchard, 1981).

La denominada corriente ambientalista considera que las primeras experiencias del individuo – acompañadas de las oportunidades disfrutadas, los hábitos aprendidos y el entrenamiento al que ha sido sometido – son los elementos determinantes de la excelencia en la práctica de cualquier deporte (Howe, Davidson y Sloboda, 1998).

Chauveau (1999) establece que la excelencia deportiva se puede detectar fácilmente mediante la realización de una batería de test que cuantificaría de manera objetiva componentes eminentemente biológicos. Esta metodología ha sido criticada por aquellos que han llevado a cabo estudios retrospectivos en los que han analizado el historial de los deportistas que han alcanzado la excelencia deportiva desde una perspectiva socio-afectiva (Izquierdo et al., 2005).

Es indudable que tanto los factores ambientales como los factores genéticos son relevantes a la hora de alcanzar la excelencia deportiva. En función de las características del deporte en cuestión, la balanza se decantará de un lado u otro (Garratt, 2004). Por ejemplo, si nos centramos en deportes como el atletismo, es evidente que ante un mismo entrenamiento dos individuos con dotaciones genéticas distintas pueden alcanzar resultados significativamente diferentes achacables en gran medida a la distinta composición genética de su organismo (Foran, 2007). Sin embargo en deportes de equipo como el fútbol en los que los aspectos físicos representan una condición necesaria pero no suficiente para alcanzar la excelencia, la balanza entre factores ambientales y factores genéticos se encuentra más equilibrada (Reina Gómez y Hernández Mendo, 2012). De hecho, autores como Lewontin (2000) establecen un símil muy gráfico para explicar esta idea al comparar la excelencia con una botella llena de agua en la que el tamaño de la botella o continente estará determinado por los genes, mientras que la cantidad de líquido o contenido representaría a los factores ambientales.Pudiéndose dar la paradoja de encontrarnos grandes botellas medio vacías que no alcanzan la excelencia, mientras que otras más pequeñas, rebosan y lo consiguen.