Fritz Perls defiende el modelo conocido como “terapia de la Gestalt” en el que la conciencia adquiere el protagonismo en el desarrollo y mantenimiento del comportamiento humano. Los fundamentos de este método son que se centra en el momento presente, manteniendo al individuo en contacto permanente con sus sentimientos y emociones. Esta terapia pone el énfasis en lo que se está pensando y sintiendo en el aquí y el ahora; que en el manejo de las limitaciones el individuo debe reconocer lo que es, explorar en la naturaleza específica de las barreras que le impiden crecer como persona; que es el sujeto el que debe darse cuenta de lo que pasa, adquirir consciencia de lo que ocurre para poder cambiar la conducta; y que se debe enfatizar en el cómo o en el para qué más que en el por qué: ¿cómo me siento?, ¿cómo me siento en esta situación?, ¿cómo me siento ahora?, ¿para qué estoy haciendo esto?, ¿para qué me sirve sentirme de este modo? (Perls, 1994).
Es muy útil que el entrenador, ayudado del lenguaje no verbal y verbal, consiga que el jugador tome conciencia de las responsabilidades que acarrean sus acciones, pensamientos y sentimientos. El entrenador no debe permitir que el jugador eluda su responsabilidad individual ocultándose tras el sujeto colectivo. Por ejemplo, cuando un jugador afirma que el equipo está desmotivado, cuando en realidad es él quién está desmotivado. En este método de trabajo, es el propio jugador el que debe identificar qué es lo que le hace falta y el entrenador solo debe actuar como guía para ayudarle a conseguirlo.
Enfrentarse a una situación tan adversa como remontar un resultado de 4-0 en el partido de vuelta de la Supercopa de España 2015 exige a cada uno de los jugadores tomar conciencia de la responsabilidad que tienen que asumir para conseguir «Una gesta nunca vista».