LÓPEZ DEL CAMPO, Roberto.
El entrenamiento psicológico integrado pretende establecer entre entrenador y jugador un acuerdo sobre los objetivos que se pretenden alcanzar, dentro de un marco de absoluta confianza mutua. La ausencia de esta confianza evitaría la colaboración activa entre ambos sujetos, circunstancia esta que desembocaría en la imposibilidad de alcanzar los objetivos propuestos (Day, De Haan, Sills, Bertie, & Blass, 2008).
Los aspectos que se tratan en el proceso están relacionados con valores y creencias del jugador, con sus expectativas, sus motivaciones, sus niveles de satisfacción y sus miedos; así como cualquier otro factor personal que pueda influir sobre el logro de las metas establecidas. Todas estas variables deben ser identificadas y analizadas por el entrenador con el fin de personalizar el proceso en aras de su efectividad; de lo que se deduce que no existe un método estándar válido para todos los sujetos, sino que existen tantos métodos como situaciones personales se pueda encontrar el entrenador (Zeus & Skiffington, 2004).
El contexto de la organización, en nuestro caso el club de fútbol, juega un papel importante en el proceso. El entrenador deberá conocer las características específicas de la entidad deportiva, así como los objetivos establecidos por la dirección. Las características sociodemográficas en la que se enmarca la organización también condicionaran el proceso. El entrenamiento no tiene lugar dentro de un departamento estanco en el que se pueda aislar al jugador. Por el contrario, este se encuentra en una continua interrelación socioafectiva con su entorno más inmediato, por lo que el entrenador deberá disponer de un amplio y actualizado conocimiento sobre las tendencias reinantes en la actual sociedad postmoderna (Steleter, 2009).