La expresión coletiva potencia la individual

Bale Real Madrid

LÓPEZ DEL CAMPO, Roberto.

No hay motivo para creer que la expresión individual contradiga a la expresión colectiva. La expresión individual será incluso más notable si la colectiva lo es (Castelo, 1999). Aunque pueda parecer contradictorio, la notoriedad colectiva permite que la expresión individual alcance su mayor nivel. Una identidad colectiva consolidada no debe anular las habilidades de sus miembros sino resaltar sus destrezas y minimizar sus debilidades. Los parámetros de la estrategia en el terreno de juego son bastante lógicos. Observamos cómo están situados los jugadores – tanto los compañeros como los rivales –, quién domina el centro, quién controla el espacio. Con frecuencia se podría hablar de una especie de armonía. Los jugadores se posicionan en las zonas donde pueden ser más eficaces, donde esperan poder desarrollar su máximo potencial. Nunca debe estar en una posición inadecuada. La estrategia consiste en mejorar su posición para que tenga las máximas opciones de desarrollar su potencial (Mombaerts, 2000).

(Extracto del libro: Entrenamiento psicológico integrado de fútbol)

Por este motivo, jugadores como Di María, potencian su expresión individual cuando existe una expresión colectiva de primer nivel. Si finalmente el jugador argentino del Real Madrid recala en el PSG o en el Manchester United, podrá tener una expresión individual similar a la que tiene actualmente en el Real Madrid. Pero si por el contrario, fichara por un equipo con menor potencial, a pesar de poder acaparar una mayor atención mediática dentro del equipo, su potencial individual mermaría.

Un conjunto de jugadores talentosos, si consiguen la deseada identidad colectiva, permite que todos y cada uno de sus componentes destaquen de forma individual en el terreno de juego. La cobertura del equipo permitirá a cada miembro expresar sus destrezas y minimizar sus debilidades. En el gol del empate del Atlético de Madrid en el partido de ida de la Supercopa de España, la falta de confianza que muestra Iker Casillas en la acción podría haber sido minimizada por una cobertura defensiva de los compañeros situados en el primer palo o de la marca de Raul García. No solo falló un jugador, falló la identidad colectiva.