La inteligencia emocional aplicada al fútbol

cristiano_messiLÓPEZ DEL CAMPO, Roberto.

El psicólogo estadounidense Howard Gardner afirma que existen múltiples inteligencias entre las que se encuentran las inteligencias inter e intrapersonales. La inteligencia interpersonal representa la capacidad que tiene el futbolista para comunicarse con los demás y desarrollar determinados roles sociales dentro del grupo, como por ejemplo el rol de líder. La inteligencia intrapersonal se relaciona más con el autoconocimiento de uno mismo. En ambas inteligencias las emociones juegan un papel clave. El motor del comportamiento es emocional, luego pensamos como sentimos. Es decir, si un compañero de vestuario nos cae mal, nuestra razón va a intentar justificar, con independencia de los hechos contrastable, este sentimiento de antipatía. Y al mismo tiempo intentará persuadir al resto de compañeros para que piensen o sientan la misma animadversión. Todo por un simple estímulo emocional de aversión.

El problema llega cuando este jugador que “cae mal” tiene que interactuar con los demás durante 90 minutos. ¿Influirá el pensamiento emocional de sus compañeros sobre el comportamiento? ¿Sobre la toma de decisiones? ¿Sobre la actitud competitiva?… en definitiva, ¿sobre el rendimiento?

Y las emociones que se generan a nivel interno de rechazo o de pertenencia al grupo ¿influirán sobre la autoconfianza del futbolista? ¿Sobre la motivación? ¿Sobre la actitud cooperativa?… en definitiva, ¿sobre el rendimiento?

El entrenador no debe despreciar el clima emocional del grupo. En ello le va el rendimiento y por ende su continuidad vía resultados. Un buen director de equipos es capaz de persuadir emocionalmente a sus jugadores para fomentar sentimientos beneficiosos y neutralizar aquellos que puedan romper la deseada homeostasis del equipo.

En el siguiente enlace se puede profundizar sobre la importancia de la inteligencia emocional en el fútbol a la hora de conseguir el éxito: La inteligencia emocional aplicada al fútbol