LÓPEZ DEL CAMPO, Roberto.
El jugador debe intentar ejecutar cada acción lo más mejor que pueda y en el menor tiempo posible. Si el entrenador consigue inculcar a sus hombres esta filosofía futbolística, cada miembro del equipo estará deseando entrar dentro de la lista de los once elegidos para poder demostrar la competitividad que atesora. Deseará que el árbitro pite el inicio para poder intervenir en el mayor número de acciones posibles, manteniendo en todo momento el orden táctico y la ocupación racional del espacio; para ser el mejor en su puesto. En definitiva, ser lo más competitivo posible.
Cuando esta mentalidad se convierte en el eje fundamental de su vida deportiva, el futbolista disfrutará en cada competición interactuando con sus compañeros y rivales. En su mente no cabe la idea de que el fútbol es un deporte más en el que gana el que más suerte tiene. La victoria no es casual sino causal. Existe una causa: estar mejor preparado que el rival. Y esta causa se relaciona directamente con su efecto: ganar el partido.
El entrenador debe dejar claro que para estar mejor preparado que el rival solo hay un camino: entrenar intensamente, entrenar intensamente y entrenar intensamente. Solo así se conseguirá estar mejor preparado que el rival. Aunque no hay que olvidar que el resultado final depende de otros elementos que convierten la relación causa – efecto en algo más complejo.
Durante el partido el tipo de esfuerzo que se demanda en cada instante es diferente. A grandes rasgos se dividen en esfuerzos ofensivos y defensivos; siendo estos últimos los más difíciles de ejecutar a nivel motivacional.
Dentro del campo hay que demostrar respeto y humildad a los rivales y a los propios compañeros. De esta forma el deportista podrá reconocer cuales son sus limitaciones. En ocasiones el futbolista se va a sentir inquieto, desconfiado de sus posibilidades. Es en este momento cuando la filosofía de arriesgar, de ser el más rápido, el que mejor lo hace, cobra sentido. Si realmente tenemos interiorizado esta forma de pensar, seremos capaces de utilizar recursos que no sabíamos que teníamos y superar los límites que solo estaban en nuestra mente. Después de experimentar estas sensaciones, aprenderemos una lección muy importante que podremos trasferir a otros ámbitos de la vida: todo es posible y los que piensan que no es así es porque simplemente no están bien preparados.